lunes, 16 de junio de 2008

El libro y la televisión

¿El libro y la televisión son enemigos irreconciliables?Propuestas sencillas para un enriquecedor entendimientoPROPUESTAS DE NEGACIÓN (NEGOCIADA)-Establecer límites al tiempo ante el televisor. El tiempo excesivo lo es siempre a costa de otra actividad, y no sólo a costa de la lectura de libros. Evitar, en lo posible, la proliferación de aparatos.-En cualquier caso, nunca en su cuarto.-Tampoco en lugares de encuentro familiar (el comedor, por ejemplo).-Eliminar una comodidad para los padres: la televisión-niñera.-Evitar los excesos de violencia y terror (Cuidado: también en dibujos animados, véase “Bola de dragón”).-Frenar el zapping compulsivo, que impide adquirir contenidos uniformes y coherentes, fomentando la “cultura mosaico”.PROPUESTAS DE ACCIÓN (COMPARTIDA)-Un punto de partida fundamental: socializar la experiencia televisiva a través de ver y comentar con los hijos los contenidos de la televisión. Esto nos va a permitir proporcionarles pautas para la interpretación de la realidad y compartir, intercambiando los papeles, el autoaprendizaje sobre el medio. Hay posibilidad de grandes sorpresas para muchos padres que se decidan a seguir este camino.-Pasar del pesebre al mantel: enseñarles a autoprogramarse lo que verán en televisión. El vídeo se debe convertir en un instrumento fundamental para liberarnos de la tiranía de una oferta poco variada y tan llena de “tele-basura”.-Realizar esporádicamente experiencias familiares de supresión de la televisión por un tiempo limitado. Permite valorar la teleadicción y facilita el desarrollo de alternativas de ocio, entre ellas, cómo no, la de la lectura.-Fomentar el cine como actividad diferenciada de la televisión. Debemos facilitarles el acceso a las salas de cine en las mismas condiciones que a las bibliotecas.-Propiciar el aprendizaje audiovisual con sencillos procedimientos:-Mirando la imagen: algo tan aparentemente sencillo como aprender a ponerse detrás de la cámara.-Manejando la imagen: jugando con el vídeo (modificación del sonido, etcétera) o la cámara, si disponemos de ella (y más allá de los bautizos y comuniones).-Viendo y leyendo sobre lenguaje audiovisual. Podemos encontrar en bibliotecas y librerías interesantes libros para padres e hijos.-Fomentar la lectura desde la televisión y no frente a ella. La televisión se puede convertir en un poderoso estímulo motivador de lecturas para los padres que sepan estar alerta, enterándose de los programas y temas de la televisión que apasionan a sus hijos.Seguramente todos los padres que se paren a pensar sobre esto encontrarán muchas ideas de acción tanto o más creativas, y seguramente las más adecuadas para las características de sus hijos. La demonización de la televisión no sólo es poco deseable, sino que, en la mayor parte de los casos, es la respuesta más cómoda al reto que para los padres y educadores supone su avasalladora presencia en la vida familiar.J. Ángel Encinas Carazo